No hay casualidades

-28 de marzo, 2019

Encontré este texto del año pasado, guardado entre mis borradores y lo quiero compartir porque ahora que lo leo solo puedo darme cuenta de que Dios siempre ha estado presente. 

Uno de estos días de septiembre parecía ser un día “cualquiera”.

Para mí estos días son recientes, tristes, grises, pero he de admitir que siempre pintan un poco de color. 

Llamaron a la oficina y yo contesté. Me habló una mujer y me dijo: hoy te quiero leer Isaías 41:10 que dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. 

Mientras ella me leía el versículo me puse a pensar: ¿por qué en este preciso momento en donde me siento triste, “ella” me está diciendo esto? y “en qué momento me va a colgar y me quedo con la incógnita de quién es” (yo queriendo indagar un poco más de “ella”). No importa la “religión”, no importa si se confundió de número, de persona o si me llamó “al azar”, el mensaje de Dios nunca es coincidencia o un error. 

Al finalizar la llamada, me pidió mi nombre (para dirigirse a mi de una forma mas personal), me pidió permiso para volverme a llamar y darme un versículo bíblico cada semana y yo por supuesto accedí. A la siguiente semana estaba expectante de su llamada, pero ya no volvió a llamar ni esa semana, ni nunca.

Me di cuenta de que el mensaje llegó en el momento en el que yo lo necesitaba, no en el momento en el que yo lo quería escuchar. 

No te apresures porque en el tiempo de Dios todo es mejor.

Reposa en Él y por favor, no dejes de confiar.

No te desesperes.

No pierdas la fe.

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