Todo pasa por algo.
Estoy segura que tú y yo además de haberlo escuchado en algún momento, nos lo han dicho y en ocasiones, hasta se lo hemos repetido a alguien. ¿O no?.
Bueno, hoy quiero compartir esto contigo porque desde el domingo recién pasado (5 de febrero), lo tuve en mi corazón pero ayer en la noche sentí como Dios me habló por medio de una amiga y no quiero dejar pasar el día ni la oportunidad para hacerlo.
Antes de comenzar, te pido que lo leas hasta el final porque prometo que vale la pena. Así que antes de avanzar, este es el momento perfecto para que te prepares un tecito o un cafecito 😉
Para contarte brevemente y sin entrar en tanto detalle, a mediados de enero tuve un accidente de tránsito algo fuerte y gracias al amor y misericordia de Dios, estoy viva y me ha tocado estar quieta (quienes me conocen saben que esto me es imposible jaja). Pero bueno, la idea de este blog comenzó el domingo 5 de febrero. Tenía un desayuno importante y tenía muchísima pena de ir por temor a que me vieran con collarín y me preguntaran: “¿qué te pasó?”. En resumen, decidí ir porque además de ser muy importante, pensaba en como siempre compartimos y hablamos de todo lo bueno que nos pasa y lo “malo” lo ocultamos para precisamente no hablar de ello pero la vida sigue y no nos podemos esconder por evitar a que nos pregunte el famoso “¿qué te pasó?” (esto aplica a cualquier cosa de la vida).
Las últimas dos semanas no han sido fáciles por distintas circunstancias de la vida y es que a veces todo se junta en un mismo tiempo y eso nos hace sentir que lo que estamos pasando es más grande de lo que realmente es y nos lleva a explotar de una u otra manera. ¿Te sientes identificad@? Si tu respuesta es sí, chocales 🖐🏻jaja.
Abriéndote mi corazón, te cuento que me ha tocado depender de otras personas para poder hacer muchas cosas de mi día a día (como bañarme, vestirme, acostarme y hasta levantarme de la cama). He llorado de dolor y desesperación, me he sentido inútil, he perdido la paciencia, me he enojado conmigo misma, he tenido muchísimas dudas y créeme que podría seguir porque la lista es larga pero como en cada proceso, hay que aceptar ayuda con amor, agradecimiento y humildad. Y claro, hay que vivir el proceso para sanar (como diría una sticker que tengo: una lloradita y a seguir existiendo jajajaja).
Bueno, regresé del desayuno y pensé mucho en subir una foto y compartirla en mis redes y decidí que lo haría porque momentáneamente, esta es mi realidad. No todo será siempre color de rosa, así que dije: “no me quiero ocultar para evitar que me pregunten muchas cosas, prefiero enfrentarlo y hablar de ello”.
Lo “malo” siempre trae más aprendizaje que dolor y ojalá que podamos abrir un espacio en nuestras redes para compartir esos momentos duros que TODOS sin duda pasamos y no para crear morbo o chisme, no; sino para poder ayudar a otras personas en saber y tener presente que los momentos difíciles son TEMPORALES.
Así como he tenido muchas dudas este tiempo, así también le he dado gracias a Dios por mi vida, por estar aquí y porque a pesar que debo de recuperar lo material que “perdí”, le agradezco la oportunidad que me da al estar escribiendo esto y saber que mi propósito en Él es más grande de lo que puedo imaginar.
Si estás pasando por un momento difícil, déjame decirte que ya pasará, ese problema NO es para siempre, es momentáneo.
PAUSA…. Espero que no te hayas terminado tu tecito o café y si sí, ve por agüita porque aquí viene lo mejor jaja 🙂
Justamente el domingo anhelaba ir a la iglesia. Sentía la necesidad de buscar más a Dios y la verdad, de que me hablara jaja (siendo muy honesta 😜). Desde que entré a la iglesia, no sabes lo mucho que le pedí a Dios que me llenara de Él y que me hablara (lo decía muy en serio, yo quería respuestas). Tenía muchas dudas, me sentía un poco vacía, con incertidumbre y bueno, estoy segura que también te has sentido así, como con la necesidad de ser lleno de amor, de tener paz en medio de la tormenta (tal cual).
El título de la prédica fue “Cuando el diablo ora por ti” y el resumen de la misma es el siguiente: en Lucas 22:31-32, habla de cómo el diablo le pide permiso a Dios para probar a Pedro y a los otros discípulos. Jesús le dice a Pedro: “pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos” (osea que Jesús oró puntualmente por Pedro para que su fe no faltara y para que cuando terminara su prueba, pudiera regresar para fortalecer a los demás discípulos). Y si, Dios permitió que el diablo zarandeara o tocara a Pedro porque Él tenía un propósito más grande y era el de fortalecerlos a todos por medio de uno: Pedro.
La prédica fue la respuesta de las oraciones que le venía haciendo a Dios y para que me puedas comprender un poco mejor, te comparto algunas de las notas que logré hacer:
- El enemigo sabe que tu vida tiene sentido y vale la pena, por eso ora por ti, porque no puede soportar tu fe y tu amor a Dios.
- Al diablo le incomoda tu fe, le irrita tu servicio y entrega a Dios.
- Así como Cristo oró por Pedro, así también ora a nuestro favor. Él ora porque nuestra fe no falte.
- El zarandeo parece el fin pero Dios nunca permitirá que entres a un lugar de donde NO puedas salir de ahí.
- Dios está tan interesado en nosotros que nos enseña a danzar en fe aún en medio del infierno más difícil de la vida (prueba, perdida, deuda, etc)…
- El dolor es para manifestar y soltar el fruto que ya tenemos y así, glorificar a Dios.
- Cualquier sacudida que Dios permite es porque tenemos fruto que soltar.
- Hay cosas de las que Dios nos libra y que permite que pasemos porque saldremos más fuertes y más poderosos.
- Jesús ora para que el propósito del zarandeo suelte fruto.
- Adoremos en medio de lo que pasemos. Volveremos a tener paz, favor y gracia.
- De tu peor error saldrá tu mejor testimonio
- De tu peor temporada escribirás tu mejor historia
- Todos los golpes que has tenido no han sido solo para sufrirlos, sino porque algún día, alguien necesitará de tus palabras, tu ayuda, tu servicio y tu oración.
- Lo que vives es para confirmar la fe de alguien más.
- Dios permite el zarandeo para que ayudemos a cargar a los más débiles.
La prédica estuvo increíble, lloré de agradecimiento porque solo faltó que el Pastor dijera: Alejandra, Dios te habló esta noche y espero que lo hayas comprendido.
Para no hacer de esto algo más largo, te quiero contar que esa noche hablaba con un amigo de la prédica (él también la vió) y de repente, él me hizo la siguiente pregunta: Ale, ¿cómo te ves a los 40 años?, a lo que yo le respondí: “¿en qué área de mi vida?” y él me dijo: en la espiritual. Creo que ni yo me había preguntado eso jajaja y dije “oh wow, que profundo esto jajaja” pero, ¿sabes qué? le abrí mi corazón y le dije que estando sentada en la iglesia y escuchando la prédica, estaba segura que mi llamado y uno de mis propósitos era el de predicar de lo que Dios ha hecho en mi vida. Le dije lo mucho que anhelo servir a Dios, hacer su voluntad en mi vida y que muchas personas por medio de mi testimonio, puedan conocer de un Dios que hace todo nuevo.
También le dije que sentía en mi corazón que iba a ayudar a muchas mujeres y para cerrar con broche de oro, le hablé de mi blog. No tienes idea de lo mucho que se alegra mi corazón cuando de repente alguien que no tengo el gusto de conocer e incluso si conozco, me escribe para contarme que leyó alguno de mis blogs y abre su corazón conmigo y me cuenta alguna prueba que ha pasado, su proceso y cómo con lo que he escrito se ha identificado y le ha ayudado.
¿Quieres saber que siento?. Siento que el corazón se me aguada de agradecimiento y felicidad porque como le decía a mi amigo: “con que mi blog le llegue a una persona y le pueda ayudar, para mi eso es algo importante” y no es que me conforme con un «número», sino que estoy segura que algún día llegaré a muchas personas y será con la única meta de hablar de la bondad de Dios.
Ayer en la noche hablando con una amiga, me confirmó que debía publicar esto, así que espero que sepas que si, todo pasa por algo y para algo.
Dios nos quiere formar de muchas maneras pero especialmente en esa área que tanto duele porque no podemos hablar con propiedad y libertad de algo sin haber pasado por eso y como dijo el Pastor el domingo: “todos los golpes que has tenido no han sido solo para sufrirlos, sino porque algún día, alguien necesitará de tus palabras, tu ayuda, tu servicio y tu oración”.
Por muy difícil que sea lo que estemos pasando, agradezcamos por el propósito que no vemos pero que estamos seguros, llegará el día en el que podamos ser de apoyo y servicio para cargar en fe a alguien y decirle con propiedad y certeza que saldrá de eso.
Todo pasa por algo.
El dolor es pasajero y las pruebas también lo son.
Recuerda que por muy duro que sea lo que hoy vives, Jesús ora porque tu fe no falte.
Recuerda que eso que estás pasando tiene fruto.
Recuerda que esto es momentáneo. Volverás a tener paz, favor y gracia.
Recuerda que lo que vives es para confirmar la fe de alguien más.
Para terminar, te quiero compartir 2 versículos:
Salmos 30:5
“Porque un momento será su ira,
Pero su favor dura toda la vida.
Por la noche durará el lloro,
Y a la mañana vendrá la alegría.”
Habacuc 2:3
“Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará”.
No estás sol@, recuerda que hay alguien que se encuentra orando porque tu fe no falte.
Te mando un abrazo virtual.
Con mucho cariño, Ale ♡